Hace unos días, leyendo unas recetas encontré la de los Doowaps caseros. Como me encantan, pensé en probar a hacerlos. Resultado: unos bollitos tiernos y redonditos que daba gusto morder y saborear.
Sólo encontré un problemilla en ellos (si puede llamarse así), y es que este tipo de masas pierden la humedad muy pronto y al día siguiente ya no están igual, pues se endurecen con facilidad.
Por ello decidí hacer azúcar invertido, pues una de sus propiedades es que consigue retener más humedad que el azúcar granillo, y repetir la receta.
También cambié el modo de hacerlos, ya que la primera vez dejé que levara la masa una vez "en bola", y luego formé los bollitos, y la segunda vez sólo levó en una ocasión, con los bollitos formados y preparados.
¿Resultado?
Con respecto al azúcar invertido: se notó una pequeña mejora ya que los bollitos mantuvieron más la humedad, pero aún probaré una vez más realizando masa madre para intentar que queden tiernos aún más tiempo.
Con respecto a los tiempos de reposo y levado: me gustó más la segunda vez que la primera, es decir, hacer la masa y formar los bollitos directamente. ¡Un levado y a cocer!
Así que, después de estos pequeños apuntes, aquí va la receta.
Un consejo: como la receta es bastante rápida, os aconsejo que los hagáis un ratito antes de consumirlos para que estén espectaculares. Os aseguro que vais a triunfar con ellos en cualquier merienda.
INGREDIENTES:
- 110 gr. de leche (a temperatura ambiente).
- 25 gr. de levadura fresca.
- 30 gr. de aceite de girasol.
- 1 yema de huevo.
- 1 clara de huevo.
- 10 gr. de azúcar vainillado.
- 250 gr. de harina de fuerza.
- 30 gr. de azúcar invertido.
- un pellizquito de sal.
- 65 gr. de gotitas de chocolate.
ELABORACIÓN:
riquisimos
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